
Si hay un plato que huele a tradición y a cocina de la abuela, ese es el conejo guisado al ajillo. Con pocos ingredientes y una preparación sencilla, conseguimos un plato jugoso, lleno de sabor y con una salsa que es puro vicio. Este guiso, típico de muchas casas, demuestra que con una buena materia prima y un toque de paciencia, se pueden hacer recetas para chuparse los dedos.
El conejo es una carne blanca, baja en grasa y rica en minerales como el potasio, el fósforo y el calcio. Además, es bastante económica, lo que la convierte en una opción perfecta para comidas familiares. Eso sí, al ser una carne magra, lo ideal es cocinarla con alguna salsa que le aporte jugosidad. Y si hablamos de salsas irresistibles, la del conejo al ajillo es insuperable.
Ingredientes para 4 personas
Para el conejo guisado:
- 1 conejo troceado (aprox. 1,5 kg)
- 1 cabeza de ajo (unos 8-10 dientes)
- 200 ml de vino blanco
- 150 ml de aceite de oliva virgen extra
- 1 ramita de tomillo fresco (opcional)
- Sal y pimienta negra al gusto
Para la guarnición:
- 4 patatas medianas
- Aceite de oliva virgen extra (para freír)
- Sal fina (al gusto)
Paso a paso: cómo hacer conejo al ajillo
1️⃣ Preparar los ingredientes
Antes de empezar, salpimentamos bien los trozos de conejo y los dejamos reposar unos minutos. Pelamos los dientes de ajo y los machacamos ligeramente con un cuchillo para que suelten mejor su sabor. Reservamos.
2️⃣ Dorar los ajos y sellar la carne
En una cazuela grande, calentamos una buena cantidad de aceite de oliva a fuego medio. Añadimos los ajos enteros y dejamos que se doren poco a poco, removiendo para que no se quemen. Cuando estén listos, los sacamos y reservamos.
Subimos el fuego y, en ese mismo aceite aromatizado, doramos los trozos de conejo hasta que queden bien sellados y con un color dorado apetecible. Esto potenciará el sabor y evitará que la carne quede seca.
3️⃣ Incorporar el vino y reducir
Cuando el conejo esté bien dorado, vertemos el vino blanco y dejamos que cueza unos minutos para que el alcohol se evapore. Bajamos el fuego y añadimos los ajos que habíamos reservado y, si queremos, un toque de tomillo fresco para darle más aroma.
4️⃣ Cocinar a fuego lento
Tapamos la cazuela y dejamos cocinar a fuego medio-bajo durante unos 20-25 minutos. La salsa irá espesando poco a poco, mezclando los jugos del conejo con el vino y el aceite. De vez en cuando, removemos la cazuela para que la salsa impregne bien la carne.
5️⃣ Preparar la guarnición
Mientras el conejo se cocina, pelamos y cortamos las patatas en cubos. Las freímos en abundante aceite caliente hasta que estén doradas y crujientes. Escurrimos sobre papel absorbente y las espolvoreamos con sal fina.
6️⃣ Servir y disfrutar
Cuando el conejo esté bien tierno y la salsa haya espesado, retiramos del fuego y servimos acompañado de las patatas fritas. ¡Y listo! Un plato de toda la vida que nunca falla.
Consejos para un conejo al ajillo perfecto
✔ ¿No tienes tomillo? Puedes sustituirlo por romero o laurel, que también combinan genial con el conejo.
✔ Si quieres una salsa más espesa, deja reducir un poco más el líquido o añade una cucharadita de harina disuelta en agua fría.
✔ El ajo es el alma del plato, pero si prefieres un sabor más suave, puedes retirar el germen de los dientes de ajo antes de cocinarlos.
✔ Acompañamiento ideal: Además de las patatas fritas, este plato queda espectacular con arroz blanco, puré de patata o una buena ensalada fresca.
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